Algunos elementos clave que influyen en el éxito del aprendizaje incluyen factores individuales como la edad, la aptitud para losidiomas, la motivación (tanto intrínseca como extrínseca), la personalidad, el estilo cognitivo y las estrategias de aprendizaje utilizadas por el estudiante. Dentro de estos factores individuales, la perseverancia, o «grit« en inglés, que combina aspectos de personalidad y motivación, es particularmente relevante para mantener el esfuerzo a largo plazo.

Hablar de perseverancia suele parecer un consejo genérico, pero la ciencia ha medido su impacto y tiene consecuencias muy reales, una muestra más de que la actitud ante aprender puede marcar la diferencia entre conseguir tu objetivo o ni siquiera intentarlo.

¿Qué es exactamente el «L2 grit» y por qué es crucial?

El «L2 grit» se refiere específicamente a la determinación y constancia que una persona demuestra durante el proceso de aprender un segundo idioma. Según un estudio reciente de Mikami y Shiozawa (2024), esta característica no solo impulsa a los estudiantes a seguir adelante frente a las dificultades, sino que está directamente relacionada con mejores resultados académicos.

En su estudio, Mikami y Shiozawa (2024) siguieron a 108 universitarios japoneses durante un semestre para averiguar cómo la autoconfianza y el disfrute al aprender inglés alimentan la perseverancia específica para el idioma (el llamado L2 grit) y cómo esa perseverancia se traduce en mejores notas y puntuaciones en un test externo.

Los estudiantes que empezaban el semestre con más confianza e interés por estudiar inglés desarrollaron un L2 grit más alto, y esa perseverancia les llevó a organizar mejor su tiempo y su esfuerzo. A su vez, esa auto‑gestión rigurosa explicó la mejora objetiva en sus calificaciones.

En pocas palabras:

¿Qué significa esto para los estudiantes de inglés?

Este estudio tiene implicaciones claras: si estás aprendiendo inglés, es fundamental trabajar no solo en habilidades duras como aprender pronunciación y gramática, sino también en la actitud hacia el aprendizaje. Buscar recursos adecuados y estructurar tu estudio con estrategias claras puede marcar una gran diferencia en tu progreso. Además, disfrutar del proceso y fortalecer tu autoconfianza te ayudará a mantener la motivación a largo plazo.