«¿Cuántas veces voy a tener que repetir esto para que no se me olvide?«

He oído está pregunta muchas veces, y también me he sentido así en muchas ocasiones. Esa desesperación que sientes cuando no se te queda algo.

Pero, ¿cuál es la respuesta a esa pregunta? Un estudio reciente nos da información al respecto para que puedas tener expectativas realistas al respecto.

En este artículo voy a compartir lo que descubrieron dos investigadores, J. Serfaty y R. Serrano, en su artículo “Practice makes perfect, but how much is necessary? The role of relearning in second language grammar acquisition”«, aceptado en Language Learning (2024)». Aquí tienes el enlace al artículo original, por si quieres leerlo completo (aunque está en inglés académico).

¿Qué investigaron?

Los investigadores querían saber cuántas veces es necesario practicar una estructura gramatical para que se quede en la memoria a largo plazo. Usaron flashcards de gramática en la aplicación Quizlet para aprender una lengua artificial. Habitualmente se hace uso de lenguas artificiales en estudios sobre lenguaje para controlar que los participantes no tengan ningún conocimiento anterior del idioma y que los datos sean fiables, pero los hallazgos se pueden aplicar también a idiomas reales como el inglés.

¿Cómo lo hicieron?

En cada sesión, los participantes en el estudio veían una frase en inglés y debían escribir su traducción al idioma artificial del estudio. Si se equivocaban, recibían inmediatamente la corrección. Cada frase se repetía hasta que se escribía correctamente.

Los participantes practicaron durante diferenes intervalos: dos, tres, cuatro o cinco días seguidos. Dos semanas después, los investigadores comprobaron cuánto recordaban, pero con frases nuevas. Así podían medir si realmente habían aprendido la gramática o si solo habían memorizado ejemplos concretos.

¿Qué descubrieron?

Los resultados fueron muy interesantes. Al practicar durante varios días seguidos, los estudiantes cometían cada vez menos errores: repetir las estructuras ayuda a afianzarlas. Ahora bien, cuando los investigadores comprobaron cuánto recordaban dos semanas después con un test sorpresa, vieron una diferencia clara: quienes habían practicado solo dos o tres días recordaban aproximadamente un 62 % del contenido, mientras que los que habían practicado cuatro o cinco días recordaban un 82 %. En otras palabras, practicar más días ayuda a retener mejor la gramática. Sin embargo, llega un momento en que la mejora se hace más lenta. A partir del cuarto día, el progreso sigue, pero no tan rápidamente como al principio.

Un punto a tener en cuenta es que lo más importante no fue tanto el número de días como la calidad del aprendizaje. Aquellos estudiantes que lograron escribir correctamente casi todas las frases a la primera durante al menos dos sesiones diferentes (entendemos que por especial atención y esfuerzo) fueron los que obtuvieron mejores resultados en la prueba final. Por tanto, no se trata simplemente de repetir por repetir, sino de practicar con atención hasta alcanzar un alto nivel de precisión.

Este estudio nos da una lección muy clara para aprender inglés: repetir estructuras gramaticales es fundamental para dominarlas, pero hay que hacerlo bien. No es suficiente con estudiar un día y pasar página. Hay que volver sobre lo aprendido y asegurarse de que se domina. Si en dos días distintos puedes usar correctamente una estructura sin cometer errores, es muy probable que se haya consolidado en tu memoria a largo plazo.

En mis clases y los métodos y tareas que utilizo sigo justamente este enfoque. No se trata solo de explicar la gramática, sino de ayudarte a practicarla con ejemplos reales, recibir correcciones inmediatas y repetir hasta que lo hagas con seguridad. Así, refuerzas lo aprendido y no solo vas añadiendo cosas nuevas que recuerdas de forma imperfecta.

¿Qué dice la teoría sobre cómo aprendemos habilidades como la gramática?

Para entender por qué repetir una estructura gramatical varias veces ayuda tanto, es útil conocer lo que se llama la teoría de la adquisición de habilidades (Skill Acquisition Theory). Esta teoría, adaptada al aprendizaje de segundas lenguas por el investigador Robert DeKeyser, explica que los estudiantes comienzan con un conocimiento más superficial, llamado conocimiento declarativo. Es lo que ocurre cuando sabes, por ejemplo, que para formar una pregunta en inglés necesitas usar un auxiliar, pero todavía tienes que pensarlo conscientemente cada vez que hablas.

Con la práctica, ese conocimiento se convierte en procedimental, es decir, en una habilidad automática. Ya no piensas en la regla: simplemente la usas sin esfuerzo. Este cambio ocurre poco a poco, gracias a la repetición y a la corrección de errores. A medida que practicas, vas cometiendo menos fallos y también reduces el tiempo que tardas en responder.

Según varios estudios (como los de Pavlik y Anderson, Kim et al., o Ullman), el conocimiento declarativo se adquiere rápidamente, pero también se olvida con facilidad. En cambio, el conocimiento procedimental tarda más en desarrollarse, pero es mucho más estable en el tiempo. Es decir, aprender rápido no siempre significa aprender bien.

En resumen, ¿qué significa esto para ti, como estudiante de inglés?

  • Repetir es clave: No basta con entender la gramática una vez. Hay que practicarla varias veces y sin errores.
  • Aspira a la perfección: No pares de practicar una estructura hasta que la hagas casi sin fallos en dos días distintos.
  • No hace falta practicar eternamente: Con 4 o 5 días bien aprovechados puedes consolidar mucho contenido.
  • El feedback importa: Saber en qué te has equivocado y corregirlo en el momento mejora muchísimo el aprendizaje.

Conclusión

Este estudio respalda la idea de que aprender inglés no es cuestión de solo «ver la teoría», sino de practicar activamente con correcciones. En mis clases online trabajamos precisamente con este enfoque: repetición espaciada, ejercicios con feedback inmediato y práctica personalizada para que consolides de verdad tu inglés.