El concepto de una mentalidad de crecimiento fue desarrollado por la psicóloga Carol Dweck. Este concepto tiene una gran relevancia en el proceso de aprendizaje de las personas en cualquier ámbito de su vida.
La teoría de Dweck se centra en la visión que las personas tienen sobre sí mismas y la actitud que toman al respecto. Un ejemplo de esto sería el modo en que uno puede percibirse a sí mismo como inteligente o poco inteligente. Uno puede tener estas actitudes hacia si mismo de forma consciente o inconsciente, pero de una forma u otra, estas actitudes tienen un profundo efecto en los resultados del aprendizaje, la adquisición de habilidades, las relaciones personales, el éxito profesional, y muchas otras dimensiones de la vida.
La «mentalidad de crecimiento» nace en contraposición de otra idea conocida como «mentalidad fija». Las personas que poseen una mentalidad fija creen que sus cualidades básicas, como su inteligencia o talento, son simplemente rasgos fijos, que no pueden cambiar. Dedican su tiempo a la observación de estas cualidades, en lugar de desarrollarlas. También creen que el éxito se logra por poseer talento, sin tener en cuenta el esfuerzo.
La investigación de Dweck sugiere que las personas que ya han adoptado esa forma de pensar (por ejemplo, la creencia de que son » inteligentes» o «tontos» y de que no hay manera de cambiarlo) aprenden con más dificultad o lo hacen de forma más lenta, mientras que también renuncian a oportunidades por no desbancar o confirmar sus teorías sobre sí mismos.
Los hallazgos de Dweck también sugieren que cuando los estudiantes con mentalidad fija fallan en algo, algo que inevitablemente sucede en la vida, tienden a decirse a sí mismos que no pueden o no podrán hacerlo ( «Soy un negado para los idiomas»), o hacen excusas para racionalizar el fracaso, en lugar de tratar de aprender de él.
Por el contrario, las personas con una mentalidad de crecimiento creen que la mayoría de sus habilidades básicas se pueden desarrollar a través de la dedicación y el trabajo duro: sus cualidades básicas y talentos son sólo el punto de partida. Este punto de vista crea un amor por el aprendizaje y la capacidad de recuperación que es esencial para lograr el éxito en los diferentes ámbitos de la vida. Los estudiantes que abrazan la mentalidad de crecimiento con la creencia de que pueden obtener más información o ser más inteligentes si trabajan duro y perseveran, pueden aprender más, aprender más rápidamente, y ver los retos y fracasos como oportunidades para mejorar su aprendizaje y habilidades.
En mi experiencia como profesora de idiomas suelo encontrar a personas con una mentalidad fija, que se consideran a sí mismos como totalmente negados para ese tema, pero que aun así se esfuerzan en probar que pueden conseguirlo, y a otras que piensan que no podrán conseguirlo, no se esfuerzan lo suficiente, e inevitablemente no obtienen buenos resultados. Es importante para cualquier tipo de estudiante tener una mentalidad de crecimiento y entrar en el aula pensando en aprender, no en como nuestras habilidades «de serie» van a interponerse. Ideas como «no voy a hablar, no sé pronunciar bien», «mis ideas no son lo suficientemente buenas», o «me voy a equivocar» entorpecen el proceso de aprendizaje. Entrar en el aula sin prejuicios sobre ti mismo/a, con una mente abierta, y decidido/a a que sea tu trabajo lo que defina tus resultados, es la receta para el éxito.
Vocabulario relacionado:
growth mindset: mentalidad de crecimiento
fixed mindset: mentalidad fija
aware: consciente
unaware: inconsciente
achievement: logro
success: éxito
findings: hallazgos