Cuando alguien empieza a aprender inglés o cualquier idioma, la sensación general es que aprende muchas cosas y evoluciona muy deprisa. Esta sensación desaparece paulatinamente a medida que se aprende más. La mayoría de la gente siente que disminuye la velocidad a la que aprende a medida que se acerca a los niveles intermedios. El progreso es a menudo casi imperceptible y puede ser que el estudiante acabe frustrado y con la sensación de que no avanza.
En este artículo voy a explorar distintas cuestiones relacionadas con este tema.
No sólo aprender: practicar
Mientras que como estudiante de nivel básico de inglés es común sentir que tienes un itinerario claro y una lista de cosas que aprender, con la transición al nivel intermedio veremos como nuestro aprendizaje se centra no solo en aprender cosas nuevas, si no en desarrollar habilidades. Tener un nivel intermedio implica ampliar y practicar lo aprendido anteriormente. Esto puede significar obtener menos logros tangibles, como los que obtienes cuando finalmente aprendes a contar o a crear una frase desde cero. Por esta razón el trabajo en un nivel intermedio puede ser menos gratificante, ya que no obtienes resultados tan medibles y tu progreso se convierte en algo muy gradual.
La sensación de no saber nada
En los niveles A1 y A2 se multiplica constantemente lo que conoces del inglés. Aprendes mucho léxico en poco tiempo y la gramática suficiente para poder comunicarte de forma simple en inglés. Cuando llegas a los niveles intermedios, las palabras que aprendes no son tan simples: a veces tienen varios significados o usos y es mucho más complicado eso de multiplicar lo que conoces de forma constante, porque además tienes que tener en cuenta muchas variables.
Cuanto más sábes del idioma más te das cuenta de aquello que no sabes, y a veces se sufre un retroceso por la sensación de que el idioma ya no está bajo tu control. Hay demasiadas cosas que antes no conocías y ahora te preocupan otros temas que antes ni te planteabas: ¿qué preposición acompaña a este verbo? ¿esta palabra se puede utilizar en este contexto? ¿este tiempo verbal es el más adecuado para esta oración?
El tiempo
Aprender un idioma con fluidez es un proceso lento y, en la mayoría de los casos, los estudiantes subestiman enormemente el tiempo que van a tardar en aprenderlo. Nos han vendido tantas veces lo del «inglés en tres meses» o «inglés sin esfuerzo» que sentimos que si no avanzamos es porque lo estamos haciendo terriblemente mal.
Saber qué es lo que está obstaculizando tu progreso es importante (quizá no estudias lo suficiente por tu cuenta o tal vez te niegas a hablar en inglés por inseguridad), pero también es importante que tengas en mente que, aunque hagas todo lo que está en tu mano. aprender un idioma es algo complejo. Puedes tardar varios años en tener el nivel que deseas. Es posible que sin el trabajo suficiente por tu parte eso se alargue más.
Es importante que seas realista y tengas en cuenta el esfuerzo que le dedicas, tus condiciones personales y materiales y el método de estudio para ponerte un objetivo. Dominar los niveles intermedios y pasar a los niveles avanzados requiere un compromiso por tu parte: el compromiso de no rendirte cuando veas que no avanzas.
Ayuda para combatir la desmotivación
Si estás aprendiendo inglés y te sientes desmotivado, puedes encontrar formas de medir tu progreso para hacerlo más tangible y de ese modo hacer el trabajo más motivador. Aquí tienes algunas ideas:
- Crear listas de vocabulario y revisitarlas de vez en cuando para ver cuanto sabes ahora que antes no conocías.
- Llevar un diario o blog de aprendizaje en el que vayas apuntando lo que aprendes o practicas.
- Realizar exámenes de práctica como los de Cambridge, Trinity, etc. que te permitan medir de forma tangible si has mejorado tus habilidades.
Para finalizar, la clave es simplemente confiar en el proceso. Tu cerebro absorberá el idioma. La práctica te hará mejor. Es gradual, por lo que no siempre notarás cambios tangibles de forma inmediata como al principio.
Recuerda: la paciencia y la perseverancia son dos de las habilidades clave de un estudiante de idiomas.